Cada relación, una pequeña pieza de arte

Cada relación, una pequeña pieza de arte

En términos de actitud y de capacidad de entrega, el contexto que me rodea jamás ha implicado una distinción o medida. Mi filosofía de vida, los valores que definen mi forma de transitar el día a día, son aplicados por igual tanto en el ámbito profesional como en el personal. De ahí que la atención que ofrezco a las personas, bien sean clientes o potenciales, haya sido siempre enfocada desde un lugar de sensibilidad, escucha y empatía, realzando la importancia de la petición, tanto si se trataba de algo específico, como solicitar una pieza minúscula para recuperar y reparar un micrófono, como ante un asesoramiento para una gran instalación o para la compra de un material costoso.

De hecho, el cuidado de las relaciones que se establecen desde y en Media·Sys, jamás ha dependido del tipo de transacciones que se daban; muy al contrario, cada una de ellas se ha ido forjando de ser humano a ser humano. Y este aspecto, sin duda, ha sido uno de los motivos principales por los que, a pesar de los vaivenes del mercado, seguimos al frente del cañón.

Siempre he tenido la certeza de que a la hora de adquirir un producto o servicio, la decisión final del cliente viene mucho más condicionada por sus emociones que por las características del objetivo en sí. Y es a través del conjunto de valores humanos que ofrecemos que verdaderamente podemos incidir en esas emociones y, por ende, en la decisión final. De ahí mi esmero, así como el de todo el equipo, por dirigir la energía y el esfuerzo en llegar al usuario, en hacer un contacto mucho más emocional.

Y entonces llega la segunda parte de toda relación que, en este caso y en mi opinión, es sin duda la mejor. Lograr que la transacción sea un hecho es un fantástico resultado, pero nada comparado con lo que ocurre ante un relación de largo plazo. Cuando el vínculo construido permite que podamos comunicarnos con las emociones del cliente, entonces podemos enfocarnos en el maravilloso proceso de alargar su experiencia en el tiempo, alimentando el vínculo a través de mantenerlo informado, motivado, curioso y acompañado en sus necesidades e intereses.

Sin duda, las relaciones humanas se parecen mucho más al proceso de creación de una pieza de arte que a un mero intercambio de palabras y cuestiones. De ahí que sienta tan viva mi trayectoria en Media·Sys, una trayectoria hecha de emociones, reconocimiento, respeto y solidez.

“Everyone smiles in the same language.” – George Carlin

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